domingo, 23 de abril de 2017

La sociedad del exitismo





Nos imponen la vida como si fuera una carrera sin fin: debes tener las mejores notas en el colegio, debes sacar un puntaje alto para quedar en una buena universidad, debes sacar notas altas para quedar en un buen trabajo, debes quedar en un trabajo estable y bien remunerado para ganar dinero, debes ganar mucho dinero para poder tener tus bienes muebles, debes tener posesiones materiales para poder empezar una vida .. y todo esto, para recién poder lograr ser feliz.

Menuda estupidez. ¿Que pasa entremedio? ¿Acaso no puedo permitirme ser feliz sin lograr una meta, sin tener algo material - dícese un título, dinero, calificaciones - para poder estar tranquila y ser feliz?

La sociedad del exitismo* nos ha vendido la pomada, como decimos acá en Chile: y es que realmente, ¿Es necesario tener éxito en todas las cosas de la vida para ser feliz?

En mis pocos años de vida, puedo asegurar con certeza que el éxito no radica en los resultados: radica en el aprendizaje. Puedo perfectamente tener éxito en un examen, y sacar un 70 (calificación máxima), pero pueden darse varias situaciones, entre varias, a saber:

  1. Copié y no aprendí nada;
  2. Calenté la materia, y no aprehendí el conocimiento necesario;
  3. Fue suerte
  4. Estudie, me sacrifiqué, pero deje de lado a mi familia y otras cosas, y me convertí en un ser humano completamente mezquino durante el periodo de estudio
En todas estas, pude haber logrado el resultado, pero finalmente, no será un éxito, pues si no reflexiono en torno a lo que me hace falta para poder mejorar estas situaciones, no tendrá ningún sentido práctico obtener un resultado específico, y además, corro otro riesgo muy importante: olvidar ser feliz.



La felicidad está en el camino, no está en el éxito. No se quien fue el que nos acuñó ese concepto en la cabeza, de que lograr cosas, teniendo bienes, podremos ser felices ... ¿Entonces, podré ser feliz recién cuando llegue a mis últimos días de vida, y haya pasado todos los niveles de este videojuego llamado vida de forma satisfactoria, teniendo todos los ítem necesarios? maldita ñoña deja de pensar en ejemplos tan asociales, por favor

El éxito llega de la mano de la felicidad, y esta no llega con el éxito, así de simple. Si no aprendemos a ser felices en el camino de la asención al cerro, ¿como pretenderemos sólo ser felices en la cima? ¿no es acaso mezquino de nuestra parte permitirnos sólo un instante pequeño de felicidad, cuando podemos disfrutar el camino?




El éxito no está en tener el mejor título, el mejor auto, la mejor casa, la mejor carrera: el éxito está en lo que a cada quien le haga feliz. Si tu meta es tener cien audi, bien, es tu decisión. Si tu meta es tener un triciclo, excelente, también es tu decisión. Pero que no se te olvide algo: la felicidad real se da en el camino a lograr tu meta, en los pequeños desvíos, en lo cotidiano. Disfruta cada momento ahora, pues puede que no alcances tu meta, y puedas encausar tu energía en una mucho mejor aún, que en circunstancias normales no te habrías podido permitir ver. Permítete ser feliz, y despréndete de los cánones de esta sociedad exitista. El único éxito esta en tu felicidad y realización personal a través del aprendizaje... lo otro es un cuento que nos inventaron los publicistas.


*Es curioso que el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española afirme que la palabra “exitismo” es un término que se usa en Chile y Argentina, definiéndola como el afán desmedido por el éxito, al cual describe como el resultado feliz de un negocio o una actuación, o la buena aceptación que tiene algo o alguien. (fuente http://sitiocero.net/2015/exito-y-exitismo/, consultada el 24.4.2017)

martes, 18 de abril de 2017

Hoy es Nabila

Señor Director:
A propósito del constante uso de la figura de Nabila Rifo en los matinales nacionales, del derecho que sienten todos de opinar sobre su vida privada y sexual, y en especial, de los escabrosos datos entregados por el ginecólogo en el matinal \"Bienvenidos\" de canal 13 hace unos días, me permito compartir la siguiente reflexión para con los lectores:
Nabila ha sido violentada de forma sistemática, primero por un hombre que la desfiguró por completo y le sacó los ojos, y luego por un país ávido de morbo, que ha seguido su caso y ha opinado sobre su culpabilidad en el hecho sin medida, cuando la realidad es que es ella la víctima de este cruento delito.
Si entendemos al delito en un sentido amplio, podemos constatar que este se refiere a una conducta desviada. Y muchas de estas conductas desviadas no están siquiera tipificadas bajo el alero de la ley penal, pero no por eso dejan de ser reprochables.
Sin lugar a dudas somos una sociedad, en su conjunto, destructiva y delictiva -entendido delito bajo el concepto amplio explicado anteriormente-: No conforme con los golpes recibidos en el rostro por Nabila, la extracción de sus ojos y otras agresiones, nosotros la seguimos agrediendo sin piedad en lo más profundo de su ser, que es su dignidad de mujer y de persona humana, a través de matinales inescrupulosos que usufructúan de su historia para tener más rating o con abogados que tratan de justificar su agresión valiéndose de un juicio de valor por su autodeterminación sexual… ¿No podrán apelar los matinales y noticieros a un mayor profesionalismo en su labor de informar, y dejar de lado el marketing y sed de rating, para pasar a preocuparse por temas más importantes como por ejemplo, cómo prevenir la violencia? ¿Es acaso correcto, en términos humanos, usufructuar de esa manera de la figura de una mujer que ha sufrido hasta lo más profundo de su dignidad? ¿Se atreverían estos mismos matinales, acaso, a ventilar de esa manera algún delito cometido bajo el alero de una persona de un grupo social Abc1?
Hoy es Nabila, y mañana puede ser Francisca o María José. De la violencia, nadie está libre, y erradicarla de nuestra sociedad es una tarea de todos. Partamos por lo básico, y cierro esta misiva interpelando a todos los profesionales que pueden participar en las discusiones públicas, ya sean periodistas, abogados, psicólogos u otros, a que ocupen su conocimiento de manera constructiva para poder esbozar el día de mañana una sociedad más justa, digna y libre, en donde no existan más Nabila Rifo, y en donde tanto las mujeres como hombres puedan desenvolverse con la seguridad de que sus derechos básicos, como la intimidad e integridad física y psíquica, serán respetados, y por sobre todo, que su honra no se verá mermada por recurrir a un tribunal de la nación para la resolución de sus conflictos.

Carta de opinión publicada en el diario "El Mostrador" (http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/04/18/hoy-es-nabila/)